miércoles, 11 de junio de 2008

Otro minuto de silencio

Al profesor Lambetain lo recuerdo por las dos veces que lo vi en vivo.
En la primera lo encontramos con mi curso de entonces en un viaje de estudio mientras mendigaba en Canal 13 por cualquier trabajo que le pudieran dar, mientras nosotros nos encontrábamos con los actores de PELITO o alguna de esas porquerías, en las que Julián Weich se mostraba muy amable y simpático.















La segunda fue cuando lo contrataron para animar una noche de joda de algún boliche sampedrino de hace algunos años. Contó un par de chistes, los mismos de siempre, llenos de violencia educadora de niños y, no solamente provocó una profunda indiferencia, sino que encima muchos se hartaron y pidieron que vuelva la música, así que Esteban mellino se calentó, empezó a gritar micrófono en mano, se acomodó los dientes de plástico y los anteojos de exagerado aumento y nos cagó a pedos como si le estuviéramos culenado al perro. Asó consiguió su minuto de silencio y hasta algún nabo lo felicitó por imponerse, pero lo cierto es que a varios le cagó la noche la pelotudez de no entender que al boliche se va a escuchar música y no a hacer silencio para que el tipo ganara un par de mangos.
Y ahora se murió así que otra vez nos va a hacer callar por un minuto en el que va a decir nada, igual que esa noche en la discoteca.

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