La película SEVEN MONTH, protagonizada por la siempre bella y brillante (principalmente de cutis, debe tener la piel grasa, lo que me gusta todavía más) Amy Smart, está filmada de un modo peligrosamente experimental como para pevalecer en el mercado comercial: casi todos los enfoques corresponden a primeros y primerísimos planos de los rostros de los personajes y solamente hay un par de planos americanos en pocas escenas de exteriores como para avisarnos que además de cara los protagonistas tienen torso.
Es común usar este recurso para dotar de un poco más de espectacularidad a escenas filmadas de manera muy anodina. En THA LAST BOY SCOUT prevalecían los planos tan cortos en casi todos los diálogos y había que deducir del cntexto lo que pasaba, pero se insertaban planos generales cortísimos para ubicarnos espacialmente.
Pero el punto a aclarar hoy es la difusión de la segunda versión fílmica de Transformers, en la que Michael Bay sigue demostrabdo que está más preparado para pequeñas películas que para estos mamarrachos: un primer plano de la cara de un monstruos de 15 metros es tan confuso de ver que provoca más bostezos que intriga. Porque no podemos temer a un ataque de parte de un fantasma por la espalda de semejante mole de metal.
Sumado al estilo (cada vez más fiel a sí mismo) del director de cambiar de cámara cada medio segundo, es realmente insoportable de ver. Tal vez no tanto como la primera, pero sumamente densa y, cuando queremos entender los detalles de algún ingenio mecánio/electrónico, Bay cambia de cámara de nuevo dejándonos siempre con las ganas, como si se tratara de una película de terror en la que ocultamos a la bestia todo lo posible para que provoque más espanto en cada microsegundo en los que está en cámara.
Pero está Megan Fox y ahí sí que se disfrutan los planos cortos: es una preciosura y tan sexy como en la actualidad del cine internacional sólo podría serlo Scarlet Johanson.
¡Ojo! No se confundan. La película está buena, pero sería interesante poder entender todo lo que pasa y nó solamente las escenas de humor de los padres del muchachito.
