miércoles, 30 de septiembre de 2009

El Ex Intendente y otro ayudín a la caída en el pozo

En la última semana de septiembre aparecieron repartidos por todos lados folletines sin firma dedicados a Julio Arturo:Recordando al muchacho, todos sentimos el mal olor de las peleas públicas, el mal carácter de la esposa y la supuesta corrupción que habría permitido un cambio económico en esa familia realmente estruendoso (autos, casas y hasta restaurante en Puerto Madero en pocos años de trabajo honesto es difícil de obtener); y una Municipalidad superavitaria que bajo su dirección dio pérdidas por primera vez en años.

Pero esta a los memoriosos les trae otra referencia anterior, en la que otro peronista tambi´ne nos dejó en pelotas: el puerto de San Pedro se ubicaba en Las Canaletas donde gracias a la cercanía de las barrancas solamente era necesario tirar un puentecito de madera para que pasen los changarines, pero el crecimiento de las cargas (y de las naves) obligó a crear un puerto más importante, serio y eficiente. El encargado de esta obra monstruosa no fue el estado sino un particular: ¿les suena el apellido Depietri?
El actual puerto se ubica en ese mismo lugar y desde ahí partían vías férreas hacia el interior de la provincia. ¡En serio! ¡San Pedro era cabecera de su propia línea de trenes!
Hasta no hace mucho, al ir por auto hacia Arrecifes se notaban claramente las lomadas previas a los arroyos, necesarias para que el tren pudiera pasar sobre los puentes ferroviarios de ladrillos, hermosos y robustos.
¿Y qué pasó con ese monumental esfuerzo para convertir San Pedro en exportador de agroindustriales sin Buenos Aires chupándonos la sangre como siempre lo ha hecho?
Perón pasó, con sus "nacionalizaciones" ferroviarias. Nos dejó en pelotas, sin nada que hacer, reforzando el unitarismo argentino. ¡Perón era unitario! ¡Y milico! ¿Cómo cuernos pueden revalorizar a Rosas si son opuestos al dictador federalista?

Y finalmente, manteniendo la coherencia, los servicios de trenes a nuestra ciudad pero principalmente a los pequeños pueblos del partido fueron reventados en el período de Carlitos Saúl.
Así que en el ránking de destructores de nuestra ciudad los pingüinos de las "retenciones" (cuánto eufemismo hay en esa expresión) deben ir en el tercero o cuarto puesto, detrás de verdaderos profesionales del vaciamiento de las economías regionales.

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