lunes, 4 de mayo de 2009

El Mono Relojero

Durante el fin de semana, grupos de infantes decidieron alborotar al municipio. Como no se trataba de los mismos sindicalistas que siempre tiran petardos en la vereda se despetó la alarma.
Pero llamó la atención del público radio escucha que los lamentos más jocosos provinieran de treintones que ya deberían haber abandonado las callecitas hace rato, principalmente porque ellos potagonizaron accidentes viales en estado de grave alcoholización, mientras que los pendejitos que hicieron ruido no actuaron por iniciativa propia sino arengados por los que deberían hacerlos bailar en los boliches.
Muy extraño el ambiente pre electoral. ¿Mario tiene la culpa de los mamados haciendo pelotudeces?
Además reclaman los pancheros, que a la hora de la salida del boliche es cuando más vendían. ¿No ayuda un panchito a que se le pase el pedo a los pendejos? Yo pienso que sí. Incluso voto por meterle cafeína y azúcar a los panchos para que al menos lleguen en mejor estado las lauchas trasnochadas.
Finalmente en este boletín no puede faltar un comentario sobre el partido jugado en el José de San martín: perdimos pero no podemos convertirnos en pelotudos por eso. Por culpa de estos forros pateando coches y corriendo de la cana es posible que mi hijo se haga de Tablense, de Las Palmeras o, peor aún, de Agricultores. Aunque mientras no sea de Mitre o Independencia estaría todo bien. Paraná nos queda cerca (a todos) pero los boluditos haciendo barullo están bastante lejos del San Pedro que conozco.
¡Que vuelva Estrella a jugar de 6, la concha de la lora!

No hay comentarios: